Por ahí dicen que existe una cosa llamada justicia divina. Karma. Retribución cosmica.
También dicen que la televisión no miente.
– Pero doctor, lo vi en la tele y la tele no miente.
A veces uno no le toma el peso a las decisiones. Lo que no resultó, la idea loca que no se dijo (o que se dijo), las flores botadas y los chocolates derretidos.
Pensar que pudo ser distinto, en otra galaxia, en otra dimensión.
Se aprende más del error propio que del ajeno, pero el ajeno suele ser menos doloroso.
– En la medicina existen tres cosas que son efectivas: la aspirina, la morfina, y la mentira. El resto son puras patrañas.
Ok. Prueba superada. Si lo desean, pueden buscar a Wally mientras recibía el resultado de la última gran teste.
Y si desean más, pueden buscar a Wally mientras jugaba ajedrez en un torneo interuniversitario, a pesar de la culo-face que me puso el profe por arrancarme de la ceremonia de despedida.
Como se podrán dar cuenta, Wally varía la cantidad de pelo pero no el polerón.
Porque ahora comienza el juego verdadero.
Porque el caos. Confusión. Decisión. Duda. Deuda. Banco. Dinero. Dentista. Habitación. Mar. Flores. Flori. Mamá.
Oporto. Jerez.
«Alguien».
Aria. Fuga. Toccata en D minor. Cesária Évora. Ayún.
Tambores y Luna Story.
Nuevas ideas, mejor guión y nuevos personajes, con el cast de antaño remasterizado y con nuevas aventuras.
Y si le sumamos mi primera entrevista de trabajo, a la cual asistí despeinado, sin bañarme, con un pantalón sucio con un chicle pegado en el culo y una polera «sticky» y seborreica adherida a los sobacos…
The plot thickens, ma’ friend. And everyone has their own agenda.
– Creo que pasaré una rato al tocador. Necesito tocarme.
Un frío de los mil demonios. Un despertar con la nariz azulada y el cuerpo entumido. Temblores, tiritones, y una madre que no deja de hacer sopaipillas. Pleno invierno, ni ganas dan de escribir alguna tontera.
Con limón y sal, está pasado a tequila.
– ¿Qué diablos pasa con estas enfermeras? ¿Cómo pueden venir así a un hospital? Y después se extrañan de tanta denuncia por acoso sexual.
Agotador. Tal vez el mundo de la medicina interna no tiene tanta acción como la cirugía, tantas vaginas como ginecología, ni tantos vómitos y diarrea como la pediatría, pero tiene un plus. Y es que me agrada. Es la especialidad que va más acorde con mi forma de ser.
Jackpot.
Hattrick.
… hole in one?
– El problema es que nadie sabe bien de qué se trata la medicina interna.
– Es dificil explicarle a la gente. ¿La medicina del interior?
– Bah, yo les digo que es algo parecido a lo que hace el Dr House, y quedan locos.
Da gusto. Todo funciona como reloj suizo. Los antibioticos, los anticoagulantes, los diuréticos.
OK, quedan menos de 48 hrs para el último test de ginecología. La hora de la verdad está cerca y todos, absolutamente todos, saben que la lesión del chupete Suazo sacudió al país casi tanto como el terremoto.
Pero nadie lo dice.
– Buen día, señorita. Me he enamorado profundamente de usted y si me lo permite, estoy dispuesto a hacerla tremendamente feliz.
– Muy bien, pero entonces… ¿qué hago con mi marido y mis dos hijos?
Un 13% de las mujeres será violada durante su vida. Y el perpetrador suele ser, en la mayoría de los casos, un conocido.
Y de nuevo con la misma pregunta.
– ¿Y a que te vas a dedicar cuando te titules?
– Mira, pienso trabajar como loko por unos meses, comprar un montón de videojuegos, y tener sexo en cantidades industriales.
– ¿En serio?
– Claro. Aunque tenga que pagar.
Cada vez más creativo. Mi madre estaría orgullosa.
Cuando era muy niño mi madre quiso tener una conversación seria conmigo. Me llevó a la mesa de la cocina y usando lapiz y papel, empezó a explicarme lo que pasa cuando un chico conoce a una chica.
Me dijo con ternura que todos los seres humanos tenemos un alma gemela y que allá afuera, en algún lugar de la galaxia, existe una mujer para mí y yo para ella, y que algún día nos encontraríamos y ocurriría algo bonito.
Sinceramente, hubiera preferido una mentira más piadosa como el cuento del polen, las flores y las abejas.
Cinco mil era lo único que tenía. Un simple billetón rojo. El resto me lo gasté en tonteras como transporte y comida.
La cola era inmensa. La espera, una eternidad.
– A ver, si andan de la mano, si se bajan juntos del auto, si se dan besitos… cual es la probabilidad de que ese wn sea su novio?
– Mira, si sólo me baso en mi experiencia personal, yo diría que 0%.
«Son 10 mil pesos» me dijo la cajera. Creo que sonrió. Esperé por más de una hora para enterarme de que no tenía lo suficiente. Vade Retro. Decidí odiar al sistema, a la compañía, y a la ejecutiva que me vió la cara hace un par de meses y me vendió por teléfono un plan que nunca quise.
En el camino de vuelta, en la micro, se subió un guitarrista otaku-pokemón. Se puso a cantar canciones de animé, justo de que me faltaba. No canté con él porque…. porque… eh…
– Doctor, por qué se demora tanto en contestar?
– Es que yo practico una técnica casi extinta, doctora, que consiste en pensar antes de hablar.
– Ah, si, ella es preciosa. Hace un par de años podríamos haber empezado una linda relación, pero me dijo algo terrible.
– ¿Qué te dijo?
– Que no.
Así de simple. Cada noche tomo mi bicicleta y pedaleo unos 20 minutos hasta divisar la señal divina del éxtasis corporal (un letrero gigante del McDonalds). Luego emprendo la retirada con una mirada triunfal, como burlándome de los tipos que trotan con la lengua afuera.
Nadie parece advertir espontáneamente que soy un buen tipo.
– Mira Pablo, tu problema es que eres un tipo demasiado metafísico. Si quieres hablar, para eso inventaron a los sicólogos. Las mujeres están para otra cosa.
Quedan menos de dos semanas. Quillota se termina y aún no sé de dónde viene el nombrecito.
(Wikipedia: originalmente el lugar se conocía como el Valle de los Quillotas y por un conflicto pasional español-inca, terminó como le conocemos)
Aerm… hum…
– Y su amigo, que es tan callado, ¿es enfermo?
Si, enfermo tu madre y la recon…
– Es un error trabajar tanto. Al final uno es viejo y mira para atrás… y no hay nada. ¿Viste crecer a tus hijos? ¿Hiciste alguna cosa distinta?
– Quiero avisar que acabo de firmar mi renuncia. – la doctora, más madura que palta en marraqueta, avisa de súbito.
– Se picó, se picó!- corean los presentes.
Basta ya de divagaciones. Ya se van estos tres meses llenos de experiencia y bonitas enseñanzas…
– … gracias, por todo!- salía escrito en el video-memorial-homenaje del grupo anterior, con la tipica imagen cliché de «todos sonriendo» en blanco y negro.
Y que me la suden. A estas alturas pueden pedirme de todo, menos hipocresía. La misma realidad que se repite en todos los rincones de la enseñanza médica:
– Nunca es suficiente.
– Si te preguntan algo, lo más seguro es que sea un detalle rebuscado sólo para responder un «no sé» y agregar con la mente «y me la suda saberlo».
– Y lo mejor es que te lo preguntan de forma pública, con el bonito agravante del «public humillation».
– El fellatio intelectualoide diferencia entre reyes y pajes y automasturbantes.
– Nunca es suficiente (y nunca es suficiente darse cuenta que no es suficiente).
– El día del níspero con tres cocos y una piña te felicitan.
– El día del níspero se enteran lo mucho que te la sudaste por algunos niños, de lo mucho que te importó, y de lo mucho que te aterraba la posibilidad de haberla cagado.
De todas maneras el balance es positivo, a pesar de haber estado enfermo. Si, bien enfermo, con fiebre, diarrea, vómitos, náuseas, y 4 pelotudos saltando encima como si nada…
Decisiones. Realidades, dimensiones, Pinky & The Brain. He visto demasiadas películas y no dejo de arrepentirme. En los viajes en bus siempre ponen una película ultra super mega guay que, justo cuando el climax va a resolverse, tengo que bajar del bus y me lo pierdo enterito.
Coitus interruptus maximus prime. De alguna manera me recuerda al aborto de vida sexual que casi tuve.
Dios me odia. Habia un gotera encima mío en el bus de ida y en el bus de vuelta.
Y en lo mismo, en la pieza del lado, los días viernes, da la impresión que taladran el piso y hasta creo imaginar a un flaquito haciendo un hoyo.
– El amor pasa. El herpes, ma’friend, es para toda la vida.
Aunque uno crea mover las piezas correctas, la mina se espanta y el tipo con sostén dice que somos borderline, que si estás en un carrete y ya pasaron las 4am, el amor se te fue y lo mejor es irse con la frente digna y en alto.
– Ya, weón, piensa que es momento de ordenar tu alimentación.
– ¿Y para qué? ¿Para bajar de peso y volverme grande y bonito? ¿ Para que otra pelotuda se fije en mí y tenga que seguir el mismo patrón putifruncín? ¿No te parece lindo el amor? Es como bajar todas tus defensas, exponerte a que te hagan mierda, humillarte, no recibir ni una weá a cambio, y luego pensar que a otro weón le fue mejor y tú quedaste en ridículo como una puta mierda buena onda y olvidada. Por favor… ¿qué decías de conseguir pareja?
Pó fa vó!! Una canción nueva!!!
El opening de Captain Tsubasa J. El de «Fate/Stay Night». El opening de FMA «Rewrite», el op 10 de Bleach.
Y el magno OST de un montón de juegos de antaño.
– Ohh, weón, de donde sacaste esa música?
– Es cuando el puma del FFVII llega a su aldea y ve la estatua de su padre…
– Si, lleno de flechas, por todos lados…
Y pausa. Quillota se acaba y tendré que volver a mi casa, a esas putas tardes aburridas, entre durmiendo, entre procrastinando y entre deseando cosas exóticas como el Chap Sui, Mei Ling, Chin Ching y miau miau guau.
Se acaba el reality, el experimento social.
– No, cuidado. Aléjense de hacer vida social, es peligroso.
Churros por montón. Trix, Zucaritas, Quaker(?), probé de todos los sabores y quedé con ganas de más.
– Mire, señora, no pienso cambiar mi personalidad. Mi mamá dice que soy bakán, así que con eso basta y sobra.
Oh, yeah! La simpleza de la vida. Cuando uno es niño lo importante es meter el gol, sacarse un siete, averigüar quién descubrió América, o ser el mejor en una cuestión ñoña e insignificante, pero pucha que satisface ganarle a todos los pelotudos.
– Miren… es una cuestión bizarra. Imaginense… a ver… una guagua que caga y no come… o una guagua con acidosis y que camina… o una guagua que come y no caga, mientras juega a la pelota y se fuma un pito.
Finales de Abril y comienzos del frío. Ya era hora, ¿no? Es tiempo de recorrer las grandes avenidas cubierto con mi chaquetita medio deportiva, medio hippie, pensando en la gripe porcina. Recordando que si me toca morir, mi cara no podría decir otra cosa que «¿y esto fue todo? ¿para esto tanto escándalo?».
(yippie!)
El frío me trae buenos recuerdos, como la vez que una chiquilla se gastó casi dos horas explicándome por qué no quería nada conmigo.
A lo mejor no quería herir mis sentimientos, pero le habría agradecido un «no, y no quiero verte más«.
Por último, «contigo no, bicho«.
Faltó que agarrara un palo y me apartara…
Y caminando por la noche helada, chaquetita de cuero y con bufanda tejida a mano, pensé que llegaría a alguna parte.
And here i am.
Hacía mucho frío la tarde en donde esperé por tres horas. Los huesos me tiritaban cuando llamé incesantemente pues me había invitado a su casa de Valparaíso. «No, quizá se le perdió el celular y por eso no me responde«.
– No seas huevón, ¿dónde has visto a una mujer separada de su teléfono? No te quiere contestar y punto- dijo Fuckin’ Master, haciendo gala de su sabiduría.
– No es que te gusten los hombres tranquilos y bonachones. Lo que pasa es que necesitas a un hombre que puedas controlar, que no se te pierda en las noches para cagarte con tus amigas.
Eran días de mucho sol, a fines de febrero, y esta otra chiquilla se alejó de mí. No me contestaba. Me sentí como una especie de stalker, pervertido, acechador, pero seguí llamando pues no quería que todo terminara en silencio. Con ella compartí mucho más que intimidad; en cada uno de nuestros encuentros su rostro mostraba alegría genuina y el frío no tenía lugar.
Al final me contestó. Cada palabra dicha fue una puñalada que lamento hasta hoy.
Era de noche y hacía mucho frío, y una mujer de rostro distinto iba a mi lado. Caminaba con ella, la abracé y quise besar sus labios pero terminé despidiéndome en su frente. Ella también se tomó la molestia de dedicar una tarde entera para explicarme por qué no, que era imposible, que era una tontera.
Y de vuelta a caminar por la noche, con más frío que la mierda.
Las mañanas no podían ser más heladas y ella-otra me decía «no creo que te guste tanto como dices«. ¿Qué quería? ¿Que le mirara el culo y el escote con descaro? ¿Tan difícil es entender el fenómeno Olga Pataqui? «La verdad es que mi corazón nunca hizo click»
La verdad es que nunca he presionado los botones correctos.
Cry me a river?
Los buenos recuerdos. Creo que las mencioné a todas.
Rincón Insano 
