– Mi gato se fracturó la columna y no podrá volver a caminar.
Así empezó la jornada. El maní, el salfate, las lacrimógenas, para subirte al bus de los pacos no te piden pase escolar.
Total, si quieres cepillarte el culo ahí está el papel. Ahora, si tenerlo perfumado no es prioridad, te estaremos vigilando.
Yo no sé si el borracho que dirigía el tránsito tenía pase escolar.
– Y tú, Pablo, dónde te ves metido de aquí a diez años?
– No sé. Tal vez metido en un hospital, o quizá en Hawaii, o tal vez me aburra de esta tontera y termine horneando pan para alguna cadena de supermercados.
Sería tan genial espolvorearme maicena en los genitales…
– Doctor, si hasta ofrezco pagarle un bono para que vaya a ver a mi mamá a la casa.
– No, señora. Si mi idea fuera tener dinero, no estaría trabajando aquí.
Si mis jefes supieran lo que hago con sus talonarios de recetas cuando se me acaba el papel higiénico, me renovarían el contrato por tres años y tirarían la cadena.
– Doctor, y le puedo dar a mi hijo «Tulox»? Un primo se lo tomó, y al día siguiente se le pasó el resfrío.
– (no… debo… hacer… evidente.. broma… doble sentido… must… stoooooop!)