Descubrí la razón detrás de esta compulsiva diarrea verborreica. No tiene nada que ver con la cerveza ni con las bolitas de chocolate -¿dónde diablos dejé la bolsita?- ni con la estrepitosa chorrillana que me despaché el otro día.
Tampoco guarda relación con medicina ilegal, cirugía infantil o otorrinolaringología (¡atchís!). Semana cabrona, semana de pruebas. El aire ya está enrarecido, como si hubiera que ponerse el parche antes de la herida.
¿Con ella? ¿Con aquella niña? ¿Contigo? ¿Crees que es por eso, mi estimado? No sé. Sería bastante patético que a estas alturas todavía me afectara…
(silencio reflexivo)
Que patético…
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Quizá es la lluvia. Es eso. No tiene que ver con ella. Es la lluvia. Es el chocolate. Es el frío. No es por ella. Es la noche. Es el Hospital Barros Luco. Es el sector sur de Santiago.
¿A quién quiero engañar?
Es…
Rincón Insano 