Bien, Mr Bloggar. Lamento sorprenderlo con estas noticias. No me mire con esos ojos de perrito en celo, no es grato. Culpad al pecado, no al pecador.
Comenzó la cirugía infantil. Es más entretenido que jugar a ponerle la cola al burro (suponiendo que uno sea el burro). Antes de la operación, el tipo de la anestesia le dice al niñato «Mira, campeón, si soplas esta bolsita con hartas ganas le ganaremos a los extraterrestres interplanetarios!».
Yo no pude contener la sonrisa. No me malinterpreteis: no tengo nada en contra de los alienígenas. Es sólo que… anestesiar a un niño resultó simpatiquísimo.
Y ahora, diversión!