«… y me dirigía a mis clases en la ciudad de Manhattan. Para los que no la conozcan, les diré que es una ciudad de locos. Sus calles son un caos entre ciclistas, autos y motos, y como resultado de eso uno nunca debe confiar demasiado en los semáforos ni en el sentido del tránsito. Vi a una mujer cruzar con descuido, sin fijarse en nada ni en la luz roja. Un ciclista casi choca con ella, pero tras hacer una maniobra milagrosa pudo evitarla y seguir adelante. La señora, en vez de detenerse y meditar sobre su error y lo que había pasado, se puso a lanzarle todo tipo de improperios al pobre ciclista. Cinco segundos más tarde, la mujer fue impactada por un automóvil y voló 10 metros hasta quebrar una vitrina.»
Shit happens. La gracia es saber enfrentarla.
– Bien, señora, debo hacerle algunas preguntas. ¿A que edad le llegó por primera vez la menstruación?
– Mmm… creo que a los doce.
– ¿Todavía tiene vida sexual?
– No, ya van casi 10 años en que no.
– Vaya… entonces se podría decir que usted tiene una muerte sexual.
Es como la hoja de urgencias en la maternidad, en donde un pazguato escribió «Motivo de consulta: Falta de actividad sexual». Es como la paradoja del tipo viejo ultra viejo requete contra viejo, postrado y sin futuro, que ya ni habla, ni come, y usa pañales, y que entra en paro cardíaco. Desesperados, contra todo sentido común y de autopreservación, los familiares le piden al médico que lo reanime. Y aunque no le guste la idea le aplica golpes eléctricos, drogas vasoactivas, masaje cardiaco, y funciona. «Diablos… funcionó» se dice. «Este viejo tenía una misión pendiente en el mundo: joderle la vida a los familiares».
Tal vez la vida tiene más cosas de las que salen en la TV.
– Mira, te presento a la Naty. Ella estudia veterinaria, asi que creo que tienen algo en común.
– Mmm… lo unico en común que le veo es cuando la gente tiene que decidir entre tener un perro o un niño.
Y así con las sondas rectales, mi chico.
– Ella es Silvana, creo que tienen la misma edad.
– Hola, ¿Qué tal? n.n
– Y esta es Ambi, su hija de seis años.
– Oh… ah… hola, ¿qué tal? u.u
Y así con los animalitos del bosque, la internet, south park y las parodias. Peruvian Panflute Bands^^
– Este fin de semana conocí a una mujer de mi edad.
– ¿Pero?
– Tiene una hija.
– Ouch.
– Pero conocí a la niña chica y es simpaticona… Me acordé de tu prima extranjera neoliberalmodernacontemporánea que viaja por el mundo en bote y comiendo vegetales, cuando dijo «¿y que importa que tenga niños?». Si los hijos no tienen la culpa de nada.
– Claro, la culpa la tuvo ella.
– …
– …
– … bueno, ya no importa. Al final siempre termino aplicando mi increíble habilidad de no apegarme a nadie.
Quedan dos meses de obstetricia y ginecología y ya me volví un maestro del espéculo. Sería capaz de verle el cuello uterino incluso al profesor Pelotini, que tanto le gustaba hinchar con el tema.